ARISTOTELES ONASSIS
Fue el magnate griego más famoso de la industria naviera del
siglo XX y el hombre más rico del mundo en su época, tanto así, que se decía
que «de vender todos sus activos, Wall Street temblaría».
Onassis, nació en Turquía, en un territorio anexionado por
Grecia, donde su familia disponía de una vida bastante cómoda económicamente
hablando, pero tras que Turquía recuperase sus territorios, los Onassis, al ser
de procedencia griega, fueron expulsados del país y sus propiedades
confiscadas. Cuando regresaron a Grecia, los ahorros familiares habían mermado
en gran medida.
Ya en Grecia, el padre de Aristóteles, Sócrates Onassis
trató de recuperar la fortuna familiar, con el comercio, algo en lo que tuvo
cierto éxito. Por su cuenta, Aristóteles se fue a Argentina, donde con su
innata capacidad para la persuasión y el uso de información, consiguió mover
los contactos necesarios para alcanzar gran éxito en el negocio del tabaco,
tras lo cual buscó introducirse en el mundo del transporte marítimo, lo cual
hizo mediante dos movimientos, una fuerte serie de inversiones y un muy
conveniente matrimonio con la hija y heredera de una de las familias más
importantes en el negocio, Athina Mary Livanos.
El éxito no se hizo esperar: una vez que su flota de barcos
estuvo consolidada, Onassis diversificó y adquirió la poderosa aerolínea
insignia de Grecia, Olympic Airlines, la cual pasó en sus manos a liderar de
forma indiscutida el área, invirtió fuertemente en bienes raíces, siendo su
principal foco en este ámbito su magnífica sede en Nueva York, la Olympic
Tower, y por otro lado, su magnífica asociación con el príncipe Raniero III de
Mónaco le permitió literalmente, poseer más de la mitad del principado, a
través de propiedades, inversiones y acciones. Para entonces, Onassis, se había
convertido en el hombre más rico del planeta y en el magnate naviero más
poderoso de la industria.
En paralelo a su exitosa vida profesional y empresarial,
estaba su tormentosa vida privada, casándose dos veces, la primera con Athina
Mary Livanos, quien le dio dos hijos Alexander y Christina Onassis, y la
segunda con nada menos que la ex primera dama de Estados Unidos, Jacqueline
Kennedy, además de involucrarse en otros romances de alto perfil, tal como su
relación con María Callas.
Aristoteles falleció poco tiempo después, a causa del deterioro físico
causado por su constante hábito de fumar habanos, lo cual le condujo a una
neumonía, y por el desgaste que le implicó el estrés de sus últimos días.
ARISTOTELES ONASSIS |
Para lograr el éxito, mantenga un aspecto bronceado, viva en un edificio
elegante, aunque sea en el sótano, déjese ver en los restaurantes de
moda, aunque sólo se tome una copa, y si pide prestado, pida mucho.
¿COMO NEGOCIABA ONASSIS?
Estupendo empresario, una personalidad fascinante,
esplendido amigo, audaz, seductor y temible adversario. Así te puedo definir
rápidamente a Aristóteles Onassis, el griego que durante buena parte del siglo
veinte fuera el hombre más rico del mundo.
Sin duda alguna, los rasgos que le llevaron a encumbrarse a
las más altas esferas sociales, fueron su singular maestría comercial y su
astucia negociadora. En su auge, llegó a hacerse de todo tipo de propiedades y
empresas, desde casas, pasando por flotas navieras y hasta casinos y líneas
aéreas.
Bien sabido es que Onassis fue enviado desde jovencito a
Argentina para tratar de forjarse un destino en un mundo nuevo lejos de la
Primera Guerra Mundial y la viciada guerra entre Grecia y Turquía que, entre
otras cosas, dejaron arruinada a su familia.
Una vez en su nueva patria, Aristóteles hizo de todo tipo de
oficios hasta que discurrió emprender negocios trayendo tabaco turco de alta
calidad desde su país de origen, mismo que le era enviado por su padre, quien
lo trabajaba en Grecia.
Con el tiempo, el negocio creció a tal grado que los
embarques se convirtieron en barcos completos de Grecia hacia Argentina.
El talento de Onassis no podía permitir que buques completos
regresaran vacíos a Grecia. Buscó que productos se conseguían fácilmente en
Argentina y que podrían ser atractivos en el viejo mundo. Es así que los barcos
regresaban a Europa cargados de pieles, granos y lana.
Sin duda, esta es una de las estrategias en las que el
"magnate griego" fue genial.
De sobra conocida es su estrategia de fundar sociedades para
inmediatamente hipotecar sus bienes inmobiliarios y con ese dinero fundar
nuevas compañías.
De igual manera, alguna vez Aristóteles inició el proyecto
de aprovechar una ganga de 15 navíos a precio de chatarra, que quería añadir a
su flota. El problema era que no disponía del capital para adquirirlos y los
bancos no le querían prestar por no tener con que respaldar la operación.
En uno de los movimientos más audaces que se le conocen,
Onassis rento anticipadamente los barcos para transportar carbón a Sudamérica,
Francia y Alemania. Logró el préstamo del banco presentado como garantía los
contratos logrados con sus clientes.
REGLAS DE ARISTOTELES ONASSIS PARA EL EXITO FINANCIERO
ESTRATEGIA DEL OCEANO AZUL |
El secreto de un negocio es que sepas algo que nadie mas sabe.
-Cuide su cuerpo, manteniéndose en la mejor forma posible.
No se preocupe demasiado por sus defectos físicos.
-Coma poco. No coma comidas abundantes ni beba demasiado
vino cuando esté trabajando.
-Espere hasta la noche para comer fuerte y no hable de
negocios mientras coma.
-Haga ejercicios. Los básicos de yoga ayudan mucho, tanto al
cuerpo como a la mente.
-Manténgase bronceado aunque tenga que usar una lámpara para
lograrlo.
-Establezca un exitoso sistema de vida; relaciónese con la
gente rica y de éxito.
-Si le falta dinero, tómelo prestado; y jamás pida poco.
Pida, grandes cantidades y siempre pague a tiempo.
-Esconda sus problemas y deje que la gente crea que su vida
es una sola alegría.
-No duerma mucho, o de pronto se despertará fracasado Si
duerme tres horas menos cada noche durante el año tendrá un mes y medio extra
para emplearlo en triunfar.
-Si aspira al éxito, no pierda su tiempo leyendo lo que otro
hacen. Es mejor vivir su propia vida que vivir preocupado por la de otros.
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